sábado, 19 de agosto de 2017

Las dunas gallegas: Lariño.

Otra increíblemente hermosa playa del concejo de Carnota, estupendamente preservada para lo que suele ser normal para estas playas en España. Gracias a ello pudimos ver de nuevo el espectáculo de la duna en explosión de colores y aromas.

Entre las muchas cosas que allí vimos, por ejemplo la preciosa flor de la Matthiola incana. Todo colorido.
En su color complementario, el amarillo cardo lechero, o Scolymus hispanicus.
También violáceas las flores de la Malcomia littorea.
La viborera (Echium sp.), la cual no me atrevo a  identificar más allá del género.
Más discreta, la correhuela de playa (Calystegia soldanella).
Más roquera, la zanahoria marítima (Daucus carotta gummifera).
Y por todas partes, el cardo marítimo (Eryngium maritimum).
Llamativa y simpática para todos, la cola de liebre (Lagurus ovatus).
Y finalizo con una planta que me sorprendió por su gran tamaño, la malva arbórea (Lavatera arborea), como era de suponer, aprovechando los aportes orgánicos de las gaviotas en los límites de los roquedos y el Faro.

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